Estados Unidos amenaza a las empresas europeas con sanciones por el proyecto del gasoducto de Rusia Nord Stream 2

De acuerdo con el operador del proyecto Nord Stream 2, sancionar a los inversores europeos que ya han proporcionado la mayor parte de los fondos acordados para construir el gasoducto dirigido por Rusia a Europa es totalmente inútil.

El comentario se produce en medio del último intento de los senadores estadounidenses Ted Cruz y Jeanne Shaheen de abofetear a las empresas involucradas en el proyecto del oleoducto con una serie de sanciones. El proyecto de ley, una copia de la cual fue obtenida por la revista Foreign Policy, tiene como objetivo bloquear transacciones en propiedades con sede en los EE. UU., Junto con intereses que pertenecen a las empresas. La medida también penalizaría a las entidades que prestan asistencia al proyecto.

Nord Stream 2 AG, propiedad de Gazprom, dijo que cada uno de sus socios europeos, incluidas las corporaciones energéticas alemanas Wintershall y Uniper, la multinacional francesa Engie, el gigante británico-holandés de petróleo y gas Royal Dutch Shell, y la firma austriaca de energía OMV, han invertido hasta el momento un billón de euros en el proyecto conjunto que se espera que se complete a fines de 2019. Según se informa, esa es la mayor parte del presupuesto aprobado de la empresa de € 8 mil millones (US $ 8,9 mil millones).

«Gazprom y cinco inversionistas europeos, junto con los contratistas, apoyan completamente el proyecto», dijo el operador, destacando que la cooperación permitió «crear miles de empleos y un ímpetu para el crecimiento económico europeo».

El proyecto del gasoducto Nord Stream 2 ha atraído a más de 670 firmas de 25 países, según la compañía que destacó una vez más que la empresa no debería estar involucrada en disputas politizadas.

«La implementación del proyecto se basa totalmente en el marco legal y los documentos de aprobación que se basan en la legislación y los convenios legales de la Unión Europea», dijo el portavoz.

The project, aimed at doubling the existing pipeline’s capacity of 55 billion cubic meters annually, has divided the 28-state bloc with some Eastern European nations along with the Baltic states strongly supporting the US position against Nord Stream 2.

The US lawmakers’ latest move aligns with the common rhetoric adopted by Washington over the Russian energy project. The White House has repeatedly rebuked the EU, and Germany in particular, for an alleged dependency on Russian gas supplies, while trying to sell US liquified natural gas (LNG) on European consumers at significantly higher prices.

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