El expresidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, afirmó en su primera entrevista que se le permite dar desde prisión y que fue concedida al diario español El País y el brasilero Diario Folha que le espera un lugar privilegiado en la historia, pese a estar condenado por unos delitos de los que se considera inocente.
“Sé muy bien qué lugar me reserva la historia. Y sé también quién estará en el basurero”, aseveró Lula a los periodistas desde un pequeño auditorio de la sede de la Policía Federal de la ciudad de Curitiba, al suroriente del país donde se encuentra recluido.
Lula da Silva criticó durante la entrevista al actual ministro de Justicia de Brasil, Sergio Moro, quien fue el juez que lo condenó en abril de 2018 antes de ser nombrado como uno de los integrantes del gabinete del presidente, Jair Bolsonaro.
«Tengo obsesión en desenmascarar a Sergio Moro”, afirmó el expresidente brasilero.
“Reafirmo mi inocencia, comprobada en diversas acciones”, aseguró Lula en los primeros minutos de la entrevista que duró dos horas y que fue posible luego de un permiso especial del Tribunal Supremo Federal.
El expresidente lanzó también críticas al gobierno de Bolsonaro y afirmó que su país no merece estar bajo el mandato del actual presidente y excapitán del Ejército.
“No puede ser que este país esté gobernado por esa banda de locos (…). El país no se merece eso y sobre todo el pueblo no se merece eso”, afirmó Lula a los periodistas de dos de los diarios más influyentes en Brasil y España.
El exmandatario lamentó el tiempo que ha pasado en prisión sobre todo porque durante su condena se enteró de la muerte de su nieto, Arthur Araujo Lula da Silva, que falleció el pasado 1 de marzo por una infección de una bacteria poco común.
“A veces pienso que sería más fácil que yo me hubiera muerto en vez de él, porque ya viví 73 años; podría haberme muerto y dejar que mi nieto viviera”, aseguró el exjefe de Estado.
Lula reiteró que es inocente y afirmó que aunque tenga que permanecer encarcelado 100 años no cambiará “su libertad por su dignidad”.
Lula da Silva fue puesto en prisión el 7 de abril de 2018 en el marco de una condena en su contra de 12 años y un mes, que fue rebajada la semana pasada por un tribunal a 8 años y 10 meses de cárcel.
El expresidente fue condenado por los delitos de corrupción y lavado de dinero. Fue señalado de recibir un lujoso apartamento de tres plantas como soborno a cambio de su mediación en contrataciones de la compañía estatal Petrobras.