El diario estadounidenses The Washington Post, citando por las fuentes cercanas al yerno y asesor de Trump, Jared Kushner, ha sugerido que el plan de paz propuesto por EE.UU. “no garantiza un Estado palestino totalmente soberano y separado”, sino que se enfoca más en las oportunidades económicas de los mismos.
El reporte, además, ha destacado que Kushner y otros funcionarios estadounidenses han condicionado la paz y el desarrollo económico al reconocimiento del régimen de Israel por los árabes, así como la aceptación de una versión de un status que insiste en la “autonomía”, no la “soberanía” de los palestinos.
Según el diario norteamericano, la Casa Blanca ha mantenido los detalles del citado acuerdo dentro de un estrecho círculo de personas con el objetivo de evitar filtraciones, y parece que incluso el presidente norteamericano “no ha leído completamente” su propio plan de paz.
Todavía estamos sopesando una variedad de factores”, dijo a Washington Post unas de las fuentes que habló bajo la condición de anonimato. “El tiempo (de anunciar el acuerdo) aún no se ha fijado, y no se ha tomado ninguna decisión hasta el momento sobre cuándo vamos a implementarlo”, agregó.
El informe se produce después de que el portal web emiratí Al-Khaleej Online revelara recientemente que la Administración de Trump podría anunciar los detalles de su “acuerdo del siglo” el 15 de mayo, en el 71.º aniversario del Día de la Nakba (“catástrofe”, en árabe), en que se proclamó el régimen israelí en territorio de Palestina.
Desde un principio, las autoridades palestinas denunciaron la iniciativa, tachándola de “bofetada del siglo” y acusando a EE.UU. de complicidad con Israel para destruir el proyecto nacional palestino.
Algunas fuentes indican que el plan propuesto por Washington para poner fin a la lucha palestina por recuperar su tierra niega el derecho al retorno de los refugiados palestinos expulsados tras la formación de Israel, entre otras medidas pro-sionistas.
Además, los palestinos rechazan la pretensión de Washington de actuar como mediador, después de que el inquilino de la Casa Blanca reconociera a Al-Quds (Jerusalén) como capital israelí y trasladara su embajada a esa ciudad palestina, a pesar del rechazo y las advertencias a nivel internacional.