Bolsonaro indicó el jueves pasado que Brasil ya no “amañará” su voto en el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas (CDHNU) y, en cambio, votará “en línea” con las posiciones de Israel y EE.UU., mientras este último abandonó en 2018 el citado Consejo por su postura contra Israel.
“Pasamos a votar allí, en la (Organización de las Naciones Unidas) ONU, en cuestiones de los Derechos Humanos, de acuerdo con (el versículo 32 del capítulo 8 del Evangelio según San) Juan 8:32. Y de acuerdo con la verdad, entonces, por coincidencia, pasamos a votar con EE.UU. e Israel”, dijo, según hicieron eco el domingo ciertos medios locales.
Desde su llegada al poder, Bolsonaro ha tomado una postura proisraelí e incluso abrió una “oficina diplomática” en la ciudad palestina de Al-Quds (Jerusalén), una medida que fue condenada tajantemente por Palestina.
Por otra parte, ha mostrado una admiración por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, hasta el punto de ser apodado “el Trump brasileño”, que han causado la caída de su aprobación a casi cien días de hacerse con el poder.
En un discurso en el Consejo Interdenominacional de Ministros Evangélicos de Brasil (CIMEB), el mandatario del gigante sudamericano anunció el mencionado cambio de rumbo en el voto de Brasil, el cual, a su juicio, era “siempre afinado con Venezuela, Irán, Cuba y otros países que no tienen ningún amor por la democracia y la libertad”.
El representante brasileño generalmente se ha abstenido o votado en contra del régimen israelí en los votos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que involucran la ocupación israelí en los territorios palestinos o los altos del Golán sirios.
No obstante, el mes pasado, Bolsonaro se unió a la Unión Europea (UE) y Japón para votar en contra de un elemento, conocido como Ítem 7, el cual ha sido parte de la agenda regular del CDHNU desde 2007 y aborda presuntos abusos de los DDHH por el régimen de Tel Aviv sobre los palestinos en Cisjordania y la Franja de Gaza.