El desafío electoral de Netanyahu

En Israel, dos Benjamines disputan el puesto de primer ministro. Por un lado, está Benjamín Netanhayu, líder del partido Likud que ostenta el cargo desde hace 10 años y por otra parte, está Benjamín Gantz, quien fue Jefe del Estado Mayor las Fuerzas de Defensa israelíes y quien representa a la coalición Azul y Blanco.

Netanyahu es un viejo conocido de la comunidad internacional. De 1996 a 1999 ocupó el cargo de primer ministro al que regresó el 31 de marzo de 2009 hasta la fecha. Durante su mandato ha dejado clara su postura conservadora, apoyando la creación de asentamientos israelíes en Cisjordania y negando la creación de un Estado palestino.

Justamente, el pasado sábado Netanyahu prometió que, si gana las elecciones parlamentarias de este martes, anexionaría una parte de los territorios palestinos ocupados, una medida que no solo incitaría la violencia, sino que implicaría un grave problema para Israel al tener que acoger a cerca de 2.6 millones de habitantes cultural y socialmente muy diferentes a sus ciudadanos, en el caso de que desee recibirlos y no expulsarlos de sus tierras.

Aunque su partido no tiene una filiación religiosa, en los últimos años la popularidad de Netanyahu en los sectores sionistas se ha incrementado en gran medida, gracias a la amistad del líder con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a quien el lobby judío en Washington ha influenciado tanto, que en diciembre de 2017 reconoció a Jerusalén como la capital de Israel, y en mayo de 2018, transfirió la embajada de EEUU de Tel Aviv a Jerusalén, en una medida que hoy sigue causando la ira de los palestinos.

Ese apoyo a Netanyahu se expresará en votos para las elecciones de este martes, donde 6 millones de israelíes saldrán a las urnas para elegir a los 120 diputados que forman la Knesset (Parlamento israelí). A pesar de haber 40 partidos por los cuales votar, la Likud y la coalición Azul y Blanco son los principales contendores.

Sin embargo, Netanyahu no la tendrá fácil. Los últimos sondeos demuestran que los votantes sienten que la hora del primer ministro ya llegó a su fin, mientras que la investigación que tiene a cuestas en tres casos de corrupción [que también involucran a su esposa] han socavado su administración.

El hijo de una sobreviviente del holocausto

En la otra esquina de la arena política se encuentra el exjefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, Benjamín Gantz, un experto en defensa de 59 años, hijo de una húngara sobreviviente del holocausto y de un rumano.

En 2011 cuando ya hacía parte del Ejército israelí, Gantz aprobó el nombramiento de Orna Barbivai para ser la primera mujer a cargo de la dirección de recursos humanos de las Fuerzas de Defensa de Israel y en octubre de ese mismo año, permitió que varios prisioneros palestinos fueran liberados a cambio de un soldado israelí que estuvo cinco años a manos del movimiento rebelde de Hamas.

Durante su campaña para ocupar el cargo de primer ministro, Gantz ha asegurado que Netanyahu ha dividido el país y que su principal ambición es gobernar para unir a la nación. “Ningún líder israelí es rey. El Estado no soy yo. El Estado son ustedes, somos nosotros”.

A Netanyahu también le ha criticado que su figura erosiona la democracia, mientras que este último le ha respondido que es una persona sin experiencia para gobernar un Estado tan complejo.

Para lograr ser una competencia real del actual primer ministro, Gantz creó la coalición Azul y Blanco con los partidos Resiliencia Israel (de Beni Gantz), Telem y Yesh Atid (Hay Futuro). El líder de este último partido es el periodista y exministro de finanzas Yair Lapid que cuenta con el carisma suficiente para adherir más votos.

Aunque por su experiencia, el tema de seguridad sería el más importante, para Azul y Blanco el hecho de ser de centro, secular y socialmente inclusivo, le ha abierto puertas entre los votantes más jóvenes. Sin embargo, Gantz no ha fijado una posición sobre Palestina y afirma que Israel no se retirara de los Altos del Golán.

Por otra parte, tiene una postura mucho más abierta al diálogo que Netanyahu.

Pese al panorama inclusivo que presenta Gantz, es muy difícil que gane la mayoría en el parlamento, por lo que para muchos, Netanyahu será capaz de formar una nueva coalición de gobierno para apropiarse por quinta vez del poder.

Después de las elecciones de este martes, el presidente Reuven Rivlin consultará con los líderes de cada partido representado en el parlamento y elegirá entre alguno para formar una coalición. El candidato ganador tiene 42 días para formar un gobierno antes de que el presidente le pida a otro político que lo intente.

Lograr la mayoría en la Knesset es muy difícil y cualquier Benjamín que gane tiene en sus manos el reto de impulsar la pacificación de la zona más convulsionada del planeta.

 

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