Estados Unidos nunca permitirá que Arabia Saudita se convierta en una potencia nuclear y amenace su seguridad y la de Israel, dijo el viernes el secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, en una entrevista.
«Nunca escribiremos un cheque de $ 150 mil millones a los saudíes y les entregaremos la capacidad de amenazar a Israel y a los Estados Unidos con armas nucleares. Nunca», dijo Pompeo en una entrevista con CBS News.
La cifra de $ 150 mil millones es una referencia al acuerdo nuclear de Irán negociado por el gobierno del presidente Barack Obama.
Mientras tanto, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, alega que el acuerdo nuclear de Irán, que otorgó alivio a las sanciones a cambio de la promesa de Irán de mantener su programa nuclear en paz, le costó a los contribuyentes estadounidenses $ 150 mil millones.
A principios de esta semana, las imágenes satelitales revelaron que Arabia Saudita está a punto de terminar su primer reactor nuclear. Al mismo tiempo, los senadores estadounidenses Marco Rubio y Bob Fernández instaron al secretario de Energía Rick Perry en una carta el 2 de abril para no suministrar ninguna tecnología nuclear a Arabia Saudita dado el historial preocupante de Riad, que incluye el asesinato del periodista saudí Jamal Khashoggi.
Los Estados Unidos carecen de cualquier pacto marco, o «Acuerdo 123» para cualquier cooperación nuclear bilateral con Arabia Saudita, sin embargo, el Departamento de Energía ya ha aprobado múltiples licencias para que las empresas estadounidenses vendan tecnologías de energía nuclear, dijeron Rubio y Fernández.
La situación entre los países ha sido intensa desde que Trump anunció en mayo del año pasado la retirada de Estados Unidos del acuerdo nuclear y el restablecimiento de las sanciones estadounidenses contra Irán. Las sanciones apuntan a Irán, así como a cualquiera que elija continuar el comercio con él.
El movimiento de Estados Unidos ha sido rechazado por las partes restantes del acuerdo nuclear, Irán, China, Rusia, Francia, Alemania, el Reino Unido y la Unión Europea, quienes insisten en que Irán estaba cumpliendo el acuerdo.