El ministro de la Oficina de Relaciones Exteriores del Reino Unido, Mark Field, ha prometido llegar al fondo de las acusaciones «muy serias y de buen origen» de que las fuerzas especiales británicas han estado entrenando a niños soldados en la guerra contra Yemen liderada por los saudíes.
Estaba respondiendo a una pregunta urgente hecha en la Cámara de Representantes el martes por la sombra de la secretaria de asuntos exteriores, Emily Thornberry, quien sugirió que las tropas británicas podrían haber sido testigos de crímenes de guerra.
Afirmó que hasta el 40 por ciento de los soldados en la coalición saudí eran niños, una violación del derecho internacional humanitario.
Field también dijo que haría consultas con el Ministerio de Defensa del Reino Unido a la luz de un informe de que soldados del Servicio Aéreo Especial Británico (SAS) resultaron heridos en un tiroteo con el movimiento Houthi Ansarullah en Yemen.
El gobierno del Reino Unido tiene una política general de no discutir las operaciones de sus fuerzas especiales, pero Field parecía decidido a proporcionar una explicación a los miembros del Parlamento.
En febrero, hubo informes de redes sociales de Yemen que sugieren que soldados británicos resultaron heridos en un tiroteo, y el periódico Daily Express afirmó que dos miembros de SAS habían resultado heridos durante una operación «humanitaria».
Sin embargo, en The Mail on Sunday, un periódico semanal, se afirmó que las fuerzas especiales del Reino Unido no solo estaban involucradas en las llamadas operaciones humanitarias, sino que también proporcionaban equipos de mentores dentro de Yemen, incluidos médicos, traductores y controladores aéreos avanzados, cuyo trabajo es Solicite apoyo aéreo de los saudíes. Afirmó que cinco soldados de las fuerzas especiales han sido heridos.
El diputado del Partido Conservador, Andrew Mitchell, dijo que las acusaciones eran tan serias porque se enfrentaron a las sucesivas garantías dadas por los ministros de que el Reino Unido no participaba en la guerra saudí contra Yemen y que solo brindaba apoyo logístico general a Riad.
«Estas acusaciones serias, que son autorizadas y creíbles, y se enfrentan a las garantías que se han dado desde la caja de despacho en innumerables ocasiones», dijo Mitchell a la Cámara de los Comunes.
Se sabe que el Reino Unido está cerca del ejército saudí, pero niega que esté involucrado en operaciones contra los hutíes en Yemen.
Varios países occidentales, los Estados Unidos y Gran Bretaña en particular, están acusados de ser cómplices de la agresión en curso en Yemen, ya que suministran armas avanzadas y equipo militar, así como asistencia logística y de inteligencia, al régimen de Riad.
La guerra liderada por Arabia Saudita ha cobrado un alto precio en la infraestructura del país, destruyendo hospitales, escuelas y fábricas. La ONU ya ha dicho que más de 22 millones de yemeníes están en extrema necesidad de alimentos, mientras que 8,4 millones están amenazados por el hambre severa.
Según el organismo mundial, Yemen está sufriendo la hambruna más grave en más de 100 años.
Arabia Saudita y varios de sus aliados regionales lanzaron la devastadora campaña el 26 de marzo de 2015, con el objetivo de llevar al poder a un gobierno anterior y aplastar el movimiento Houthi Ansarullah. Riad no ha cumplido sus objetivos.