Los cubanos ratificaron con casi un 87 por ciento de los votosuna nueva Constitución que reemplaza un texto de la era soviética, que se considera «irrevocable», el sistema socialista de un solo partido, pero que también se modifica los cambios económicos y sociales como el reconocimiento de la propiedad privada.
Alina Balseiro Gutiérrez, presidenta de la Comisión Electoral Nacional, dijo este lunes en la rueda de prensa en La Habana que, de acuerdo a los resultados preliminares, un 86.85 por ciento de los ratificados el estatuto, mientras que un 9 por ciento se opuso y que Alrededor de un 4 por ciento de los sufragios fueron nulos o en blanco.
De acuerdo a la función, un 84,4 por ciento de los 8.7 millones de personas han participado en el referendo del domingo.
La anterior Carta Magna — que se declaró en el Partido Comunista como «la fuerza política superior de la sociedad y el Estado», fue aprobada en 1976 con un 97.8 por ciento de los 5.6 millones de usuarios registrados.
El debate sobre la nueva Constitución ha dominado la vida política de Cuba en los últimos meses, mientras que el país lucha para levantar su frágil economía frente a la crisis de su aliado Venezuela y el reconocimiento del embargo comercial de Estados Unidos bajo el mandato de donald trump
Las autoridades cubanas organizan un debate popular el año pasado sobre un borrador con las nuevas reformas al documento, que incluyen cambios en el papel de la inversión extranjera y en Internet, así como una reestructuración del gobierno con la creación de la carga del primer ministro y el servicio plazo de tiempo para ocupar la presidencia del país.
Sin embargo, la fragmentación en la isla manifiesta su desacuerdo con el texto en las redes sociales, buscando hacer crecer el voto por el «No» o la abstención, intentando un camino hacia el fin del gobierno comunista.
«El gobierno cubano emprendió una campaña sin precedentes para asegurar un voto abrumadoramente positivo sobre la nueva constitución como una forma de legitimar las reformas económicas (…) en curso y la nueva dirección del presidente Miguel Díaz-Canel y la generación posrevolucionaria», dijo William LeoGrande, profesor de la American University y experto en Cuba.
No hay observadores independientes de las elecciones cubanas, sin embargo, los ciudadanos pueden seguir el conteo en sus recintos.
«Es otra gran oportunidad perdida», dijo Carlos Saladrigas, empresario cubanoamericano y jefe del Grupo de Estudio Cubano que aboga por el compromiso con Cuba.