“Un caza Su-27 en tareas de defensa aérea alzó el vuelo para identificar el origen del objetivo”, un avión espía sueco, indicó el viernes la Defensa rusa en un comunicado.
El caza, que despegó el pasado 19 de febrero al detectarse un aparato que se aproximaba al espacio aéreo ruso en el mar Báltico, se acercó a una distancia segura para identificar el objetivo, una aeronave de reconocimiento Gulfstream de la Fuerza Aérea de Suecia, precisó la nota sin dejar de detallar que “el caza ruso volvió a su base después de que la aeronave (sueca) se alejara de la frontera rusa”.
Por su parte, las autoridades de Suecia indicaron que el caza ruso se había acercado a una distancia “peligrosa”, al parecer, unos 20 metros, de la aeronave espía.
Los vuelos de espionaje de países miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) cerca las fronteras de Rusia son muy comunes, es más, últimamente el bloque militar ha incrementado su presencia cerca de las fronteras rusas, con el envío de tropas y la realización de ejercicios militares a gran escala en partes de Noruega y áreas circundantes del Atlántico Norte y del mar Báltico.