Donald Trump insistió ayer, en su Mensaje de la Unión, en que construirá un muro en la frontera con México y aseguró que la migración ilegal amenaza la estabilidad financiera de todo Estados Unidos. Además dio un ultimátum de 10 días para que el Congreso apruebe los recursos para la barrera.
“Este es un tema moral, la situación de ilegalidad en la frontera sur es una amenaza para nuestra estabilidad financiera de todo Estados Unidos”, indicó en su mensaje ante el Congreso.
Trump acusa a los demócratas de la migración ilegal y los critica por apoyar las “fronteras abiertas”. “Esta noche estoy pidiendo que defiendan nuestra peligrosa frontera en el sur por amor y devoción a nuestros conciudadanos y a nuestro país. En el pasado, la mayoría de las personas en esta sala votaron por un muro, pero el muro adecuado nunca se construyó. Lo construiré”, sentenció el republicano, pese a que su disputa con la Cámara Baja por su demanda de 5 mil 7 00 millones de dólares para construir la barrera provocó un cierre parcial del gobierno de 35 días, el más largo en la historia moderna del país.
“Es el momento de que el Congreso le muestre al mundo que Estados Unidos está comprometido en acabar con la inmigración ilegal y en poner fuera del negocio a los despiadados coyotes, carteles, vendedores de drogas y traficantes de seres humanos”, agregó el mandatario tras recordarle a los legisladores que les quedan 10 días para dotarse de una ley que cierre el paso a los indocumentados.
Pero además Trump volvió a arremeter contra los inmigrantes ilegales y advirtió que “año tras año innumerables estadounidenses son asesinados por extranjeros ilegales criminales”. “La tolerancia para la inmigración ilegal no es compasiva, es cruel”, subrayó, al tiempo que tildó de “salvaje” a la pandilla salvadoreña MS-13, de la que dijo que opera en 20 estados “y casi todos llegan” a través de la frontera sur.
El responsable de la Casa Blanca inició su mensaje con un llamado a la unidad y a gobernar Estados Unidos no como dos partidos sino como una nación. “Debemos elegir entre resultados o resistencia”, dijo. Posteriormente, habló del “boom económico” que se ha logrado bajo su administración con la economía creciendo dos veces más rápido que cuando llegó al poder y con la tasa de desempleo más baja de los últimos 50 años.
Además prometió una clase media más grande y próspera que nunca. “Tenemos que rechazar la política de la venganza y abrazar la cooperación y el compromiso por el bien común”, dijo, sin dejar pasar la oportunidad para decirle al Congreso que “si tiene que haber paz y leyes, no puede haber guerra e investigaciones”, en clara referencia a las indagatorias en su contra y que podrían acabar con su impeachment.
Otra petición fue probar una ley que prohíba el aborto. “Le pido que aprueben una ley para prohibir el aborto”, dijo, para finalizar su discurso con la frase: “Nuestras mayores victorias están por venir”.