El 27 de enero, San Petersburgo, anteriormente conocido como Leningrado, celebra el fin del asedio de 872 días de la ciudad durante la Segunda Guerra Mundial, que dejó más civiles muertos que los bombardeos de Hamburgo, Dresde, Hiroshima y Nagasaki juntos.
El presidente ruso, Vladimir Putin, está visitando el cementerio Piskaryovskoe, donde depositará flores en el lugar de descanso para los heroicos residentes de San Petersburgo que sucumbieron ante el dominio nazi en la que fue la segunda ciudad más grande de la Unión Soviética. Se estima que más de 1,5 millones de personas murieron en el valiente intento de frustrar las fuerzas invasoras de Hitler.
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