Firmar un tratado de paz, no «dar o recibir nada», es la razón por la que Rusia continúa su diálogo con Japón, dijo el Kremlin en medio de las prolongadas conversaciones sobre las cuatro islas Kuriles.
«Nuestro principal objetivo no es dar ni recibir nada, sino firmar un tratado de paz [con Japón]», dijo el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, a Rossiya-1 el domingo. Actualmente, Moscú y Tokio están atrapados en conversaciones incómodas sobre la disputa territorial a fuego lento.
Japón, un aliado cercano de Estados Unidos, se atiene a las sanciones impuestas por Washington, lo que hace que el diálogo sea aún más desafiante, dijo Peskov. «Apoyan el régimen de sanciones y esta es una de las cuestiones y situaciones que dificultan la firma del tratado de paz».
Otros obstáculos incluyen los intentos de Japón de involucrar a su aliado, Estados Unidos, en las conversaciones. Recientemente, el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Sergey Lavrov, calificó la idea de «indignante», y planteó el tema a su homólogo japonés, Taro Kono.
Anteriormente, el presidente ruso, Vladimir Putin, confirmó que Moscú está ansioso por ver la firma de un tratado de paz. A finales de este mes, realizará una cumbre con el primer ministro japonés, Shinzo Abe, para continuar las discusiones sobre el acuerdo de paz propuesto. El año pasado, Putin propuso un acuerdo sin condiciones previas, pero Abe luego calificó la idea de «inaceptable».
Moscú y Tokio pusieron fin a las hostilidades de la Segunda Guerra Mundial sin un tratado de paz formal. Conocidas en Japón como Iturup, Kunashir, Shikotan y Habomai, las islas en el Mar de Ojotsk fueron entregadas a la URSS bajo la Declaración de Potsdam de 1945. Desde entonces, Tokio ha tratado de reclamar las cuatro islas rusas de Kuril, conocidas en Japón como los Territorios del Norte.
Japón ha discutido activamente la posibilidad de recuperar la soberanía sobre la parte más meridional del archipiélago, que incluye la isla de Shikotan y Habomai. En noviembre del año pasado, Putin y Abe dijeron que trabajarían en un acuerdo de paz basado en la declaración de 1956 firmada por Japón y la URSS.
El documento contempla las perspectivas de una transferencia de soberanía, aunque la redacción es vaga. Aún así, la declaración dice que la medida sería posible solo después de que las dos partes firmen un tratado de paz. Tokio, sin embargo, sostiene que la disputa territorial debe resolverse primero.