Según informó el sábado la Fiscalía del país austral, la Policía descubrió los cadáveres de las hermanas Pyrhia Saroussy Pereg, de 63 años de edad, y Lily Saroussy Pereg, de 54, desaparecidas desde el 12 de enero, un día después de arribar a Argentina.
El acusado, de nombre Gilad Saroussy Pereg, radicado en la ciudad de Mendoza desde hace una década, enterró a sus familiares en una habitación en el fondo de la casa en que vivía.
Los cadáveres eran la prueba que le faltaba a la Justicia para corroborar la acusación de doble homicidio contra Gilad, que fue aprehendido el viernes. Con este factor agravante, el hombre, que también se hacía llamar Nicolás, puede enfrentar una condena a prisión perpetua, si en el juicio es hallado culpable.
“Si bien teníamos sospechas por el relato de Pereg, fue bastante inteligente para disfrazar la verdad y hasta en su denuncia de desaparición de las mujeres”, afirmó el fiscal Fernando Guzzo.
De acuerdo con medios locales, el exsoldado del régimen israelí, durante el arresto y la acusación formal, amenazó con suicidarse, por lo que se han ordenado peritajes psicológicos.
La Policía halló, asimismo, en la casa más de 40 armas de fuego registradas, proyectiles y gran cantidad de dinero, calculados en más de dos millones de pesos (unos 50 000 dólares estadounidenses). También encontraron muchos gatos y perros desnutridos, algunos de ellos muertos.
El atroz crimen refleja un problema que han estado encarando las fuerzas militares del régimen de Tel Aviv en los últimos años, con un número cada vez mayor de soldados que padecen de trastornos mentales y acuden a centros de atención psicológica.
Además, el ejército israelí ha estado en alerta por los suicidios cometidos por los soldados. Según informes, la principal causa de muerte entre los uniformados en los años 2016 y 2017 fue el suicidio.