Las autoridades brasileñas confirmaron este viernes la muerte de al menos siete personas, luego de que la presa de la minera Vale, ubicada en el estado de Minas Gerais, se rompiera y los residuos minerales sepultaran las instalaciones de la empresa y diversas viviendas en áreas rurales. Se estima que hay unas 150 personas desaparecidas.
La presa, que estaba en desuso y contenía sílice y tierra, se rompió «de forma muy violenta y repentina”, reveló el CEO de Vale, Fabio Schvartsman, quien dijo desconocer las razones de la tragedia. El torrente irrumpió con fuerza en la localidad de Brumadinho, cortando una franja de vegetación, tierras de cultivo y carreteras, impidiendo el acceso al área. Los expertos dan por hecho que la cifra de víctimas fatales se incrementará con el paso de las horas.
Schvartsman resaltó que la tragedia es más humana que ambiental, debido a que la presa contenía pocos residuos. Además de las siete víctimas, aún no identificadas, otras nueve personas fueron retiradas con vida del lodo y conducidas a hospitales, y cerca de 180 fueron retiradas ilesas de áreas en que habían quedado inicialmente aisladas, según un comunicado de la gobernación de Minas Gerais.
Recuerdos de 2015
Los desaparecidos son en su mayoría empleados de la planta de Vale en Brumadinho, que se encuentra a 4,5 kilómetros del gran museo a cielo abierto de Inhotim, y la empresa informó que por el momento tan sólo ha localizado a 279 de los 427 trabajadores con los que contaba en las instalaciones. «No sabemos cuántos estaban en el restaurante de la planta, ya que era hora de almuerzo, ni cuántos en una de las edificaciones de la administración», afirmó Schvartsman.
Docenas de helicópteros fueron desplegados en la zona para ayudar en las labores de rescate, mientras que el Gobierno de Jair Bolsonaro coordinó acciones con las autoridades locales y los ministerios de Minería, Defensa y Medio Ambiente. Esta nueva tragedia revivió lo ocurrido a finales de 2015, cuando unos diques de la minera Samarco, empresa en la que Vale tiene participación, se rompieron y provocaron la mayor catástrofe ambiental de Brasil, que causó 19 muertos.