El primer ataque ocurrió la madrugada del jueves cuando las fuerzas estadounidenses y afganas llevaron a cabo una operación en el distrito de Sangin, en Helmand, desde donde se había reportado supuestamente disparos a las fuerzas del Ejército afgano.
El bombardeo estadounidense destruyó una vivienda civil y mató a 16 personas, cuatro mujeres y 10 niños incluidos, según dijo Mohamad Dawood, jefe del consejo del distrito de Sangin.
Al día siguiente, el viernes, los familiares varones de las víctimas se reunieron para celebrar un funeral masivo, y mientras enterraban a los 16 muertos, fueron alcanzados por otro ataque aéreo estadounidense que mató a 13 personas, dijo al diario norteamericano The New York Times Mohamad Hashim Alokozai, un representante de Helmand en el Parlamento afgano.
Un miembro de alto rango del grupo armado Talibán acusó a EE.UU. de intensificar los ataques aéreos contra objetivos civiles para presionar a los talibanes a que lleguen a un acuerdo con Washington, sin embargo, aseguró que tácticas letales no funcionarían.