Ankara ha culpado en repetidas ocasiones a Washington por prestar apoyo militar a las Unidades de Protección del Pueblo Kurdo (YPG), mientras que Estados Unidos insiste en que su respaldo a los kurdos es necesario para contrarrestar a Daesh *. En febrero de 2018, el entonces secretario de Estado de EE. UU., Rex Tillerson, afirmó que la Casa Blanca «nunca ha entregado armas pesadas al YPG».
EE. UU. Ha entregado sus avanzados sistemas de misiles antitanque Javelin y TOW a las Fuerzas de Autodefensa Kurdas (YPG), con sede en la ciudad de Manbij, en el norte de Siria, según el diario turco Yeni Akit.
Las fuentes afirmaron que en este momento, las fuerzas especiales de Turquía están tratando de rastrear estos sistemas, ya que el YPG está «preparando una trampa para los tanques turcos que están listos para entrar en Manbij».
Los acontecimientos informados se producen después de que el ministro de Defensa turco, Hulusi Akar, reiteró durante su reunión con Joseph Dunford, presidente del Estado Mayor Conjunto de los Estados Unidos, el llamado de Turquía a que retire sin demora las fuerzas YPG respaldadas por Estados Unidos de Manbij.
Anteriormente, el ministro de Relaciones Exteriores turco, Mevlut Cavusoglu, anunció que Ankara lanzaría una operación militar al este del río Éufrates si Estados Unidos no retiraba sus tropas de la República Árabe a tiempo.
En un desarrollo separado esta semana, el presidente Donald Trump, por su parte, advirtió en su página de Twitter que Estados Unidos «devastará a Turquía económicamente si golpean a los kurdos».
El apoyo de Estados Unidos a los militantes kurdos, que han estado luchando contra Daesh en Siria, sigue siendo un punto importante en las relaciones entre Washington y Ankara. Turquía considera que el YPG está afiliado al Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), que está prohibido por Ankara como organización terrorista.
El problema se ha intensificado desde que Trump declaró la victoria sobre Daesh en diciembre de 2018, alegando que retiraría a unos 2.000 soldados estadounidenses de Siria. Al abordar el asunto, el secretario de Estado Mike Pompeo advirtió que los Estados Unidos garantizarían que el ejército turco no masacre a los militantes kurdos.
En mayo de ese año, Erdogan golpeó a Washington por armar a «terroristas» kurdos y supuso que esas armas serían eventualmente utilizadas contra el ejército turco.
«Miles de camiones y aviones de carga con armas han llegado [a Siria]», dijo el presidente turco. «Cuando les contamos [a los Estados Unidos] al respecto, responden diciendo que recuperarán las armas, un escenario que vimos en Irak. Sus armas están en manos del PKK [el Partido de los Trabajadores del Kurdistán]. Si una décima parte de su asignación para el asesinato de personas se habría gastado en ayuda humanitaria, no habría preguntas «, dijo.
Trump aprobó el suministro de armas pequeñas, municiones, ametralladoras y vehículos blindados a los combatientes kurdos en mayo de 2017, con el objetivo de expulsar a Daesh de su bastión en Raqqa.