Chalecos amarillos marchan bajo extrema vigilancia en París.

No han sido las amenazas del presidente francés, Emmanuel Macron, ni las de su Gobierno, las que han amedrentado a estos hombres y mujeres, a estos chalecos amarillos que por noveno sábado consecutivo han vuelto a las calles de las ciudades francesas. El Ejecutivo francés que ha asegurado que va a reforzar el arsenal legislativo que limitará el derecho de manifestación.

Los chalecos amarillos siguen pidiendo una política económica que mejoré el poder adquisitivo, que pasa por una subida del salario mínimo, una mejora de las pensiones y la reducción de la presión fiscal. No aceptan las medidas adelantadas por el Gobierno por considerarlas insuficientes cuando en el año 2018 las empresas en Bolsa han repartido el récor histórico de 57 400 millones de euros de beneficios a sus accionistas.

Pero las reivindicaciones no son solo económicas. Un 80 % de los franceses, según un sondeo IFOP, pide la instauración de un referéndum de iniciativa ciudadana. Un 74 % la introducción de la proporcional en la elección de los diputados y un 82 % pide que el número de parlamentarios sea fuertemente reducido.

De nuevo se han vivido algunas escenas de violencia. Enfrentamientos entre policía y manifestantes. Desde el pasado 17 de noviembre, la policía ha procedido, según el Ministerio del Interior, a algo más de 6000 detenciones y 1000 sentencias condenatorias.

Una encuesta Odoxa muestra que el 72 % de los ciudadanos piensa que la economía beneficia esencialmente a los mas ricos y al mismo tiempo solo un 9 % de los franceses confía en los partidos políticos. Franceses que además consideran en un 70 % que el primer responsable de la violencia es el Gobierno.

 

Fuente