Erdogan contra los artistas, la cerveza y Mozart

Al principio tenía su gracia. Rutkay Aziz, estrella del cine turco de 72 años, hizo al mandatario de su país, Recep Tayyip Erdogan, una recomendación: «El presidente debería escuchar alguna vez a Mozart y a Beethoven. Quizás le haría bien”.

Asimismo, en referencia al rechazo del presidente al alcohol, el periodista Yilmaz Özdil escribió en su columna en el periódico kemalista-nacionalista «Sözcü”: «Si Erdogan se hubiera bebido una cerveza, Turquía estaría hoy mucho mejor”.

Pero la respuesta de Erdogan, en un discurso el martes a los diputados de su partido AKP, no tenía ni pizca de gracia: «Obligar a un presidente, cuyo carácter y comportamiento es claro, a beber cerveza o a escuchar a Mozart no es sino la encarnación del fascismo”.

«¿Soy yo el fascista o es Mozart el fascista?”

Rutkay Aziz reaccionó en la cadena televisiva turca en el exilio Arti TV, que emite desde la ciudad alemana de Colonia. Dice que él no le dio a Erdogan consejo alguno. «Me preguntaron qué pensaba de que Erdogan fuese a ir a un concierto del pianista Fazil Say, mundialmente conocido. A lo que respondí: ‘Me parece muy bien, ahí oirá a Mozart y a Beethoven; eso le hará bien’”.

Aziz tampoco puede entender que Erdogan le describa como un fascista: «No deja entrever qué quiere decir con fascismo en este caso. ¿Soy yo el fascista o es Mozart el fascista? Si es esto último, estoy dispuesto a defender a Mozart en nombre de la humanidad”. Para Aziz, el asunto se acaba ahí. «Ya he dicho lo que pienso, he puesto un punto final y no quiero seguir hablando sobre lo mismo”, dijo a DW.

Investigados por «ofensa” y «agitación”

La actriz de series Geniz Cakir se convirtió en el blanco de la ira de Erdogan tras su disputa con mujeres que usan velo islámico, sobre la que informaron medios de comunicación cercanos al Ejecutivo.

El presidente reprochó a Cakir que exhortase a las mujeres con velo a «irse a Arabia Saudí”. De acuerdo con Erdogan, «eso es puro fascismo. Es la opinión del Partido Republicano del Pueblo (CHP)”. Esta formación, socialista y kemalista, es el partido más grande de la oposición.

La fiscalía federal está investigando ahora a Deniz Cakir por «ofensa”. Pero quizás no ocurrió como Erdogan y sus fiscales dicen. En Twitter, Cakir dijo: «Lo que se está diciendo en público no es la verdad”.

La semana pasada, otro caso de gran alcance sacudió la escena cultural turca. Müjdat Gezen, de 76 años, y Metin Akpinar, de 78, son dos leyendas de la interpretación en Turquía. Sus actuaciones en cine y teatro reciben la admiración tanto de la izquierda como de la derecha. Pero ambos hombres se han distanciado de la política del actual Gobierno. En la televisión opositora Halk TV se mostraron críticos con el presidente. A continuación, Erdogan los tildó de «falsos artistas”.

Los actores piden más democracia

Sin embargo, la cosa no se quedó en una mofa. Gezen y Akpinar están siendo ya investigados por «ofensa al presidente y amenaza de golpe y asesinato”.

Los actores pudieron salir en libertad bajo fianza tras un interrogatorio. Eso sí, no pueden abandonar Turquía, para lo cual les quitaron sus pasaportes, y deben dirigirse una vez por semana a las autoridades policiales. La Fiscalía ha publicado esta semana un informe de sus pesquisas que habla de «agitación para un levantamiento armado contra el Gobierno de la República de Turquía”.

¿”Agitación para un levantamiento en armas”? ¿Qué dijeron estas estrellas del cine?

«La única forma de que superemos la polarización y el caos es la democracia”, esas fueron las palabras de Akpinar al programa «Volksarena”. «Si no lo logramos, quizás nos suceda lo que sucede en toda forma de fascismo. Se cuelga al líder de la revuelta, o este acaba siendo envenenado en un calabozo”.

Tampoco Gezen llamó a la revuelta, sino que criticó: «Erdogan insulta a todos, los señala continuamente con el dedo, les dice que deberían conocer sus límites. Yo te digo, Recep Tayyip Erdogan: tú no puedes poner a prueba nuestro amor por nuestra patria. Conoce tus propios límites”.

Erdogan reacciona de forma cada vez más agresiva. ¿Por qué ataca tanto a los artistas, en un país que atraviesa una coyuntura social y política tan complicada y en los que hay muchos más problemas y más graves que las críticas desde el mundo de la cultura?

Gülfem Saydan Sanver, condecorada con el Premio Pollie de consultoría política de la Asociación Estadounidense de Consultores Políticos, cree que la respuesta se encuentra en las elecciones municipales que tendrán lugar en marzo.

La polarización beneficia a Erdogan

En el pasado, Erdogan siempre ha intentado situarse en el centro de la discusión, explica Sanver. «Si echamos un vistazo a las últimas elecciones, vemos cómo al polarización de la sociedad -a la que él contribuye- le beneficia. La denuncia pública de artistas es parte de esta estrategia”.

Erdogan hace creer que los sectores conservadores de la sociedad están bajo amenaza. Intenta acercarse a sus votantes, agruparlos, e impedir que los mensajes de la oposición lleguen al pueblo.

«Además, Erdogan quiere encubrir las consecuencias de la crisis económica”, subraya Sanver. «Y sabe que un clima de miedo le ayuda a ello. Pues una sociedad con miedo siempre apoya al sistema en vigor. Las duras palabras y las investigaciones contra artistas dicen con claridad que la crítica al Gobierno cuesta cara”.

Los artistas, megáfono de la sociedad

El crítico del teatro Atilla Dorsay dice un DW que en todos los países democráticos los gobiernos tienen un especial respeto por los artistas, algo que la sociedad apreciable. Solo las dictaduras intentan ponerlos bajo presión. «Los artistas que critican un mínimo son los hechos llevados ante los tribunales y los condenados en la prisión. Esa es la triste realidad de Turquía».

Afirma Dorsay, los artistas que critican al partido gobernante, el AKP, no solo to you to from an position of Opure Policy. También ponemos a tu disposición las palabras de ambas capas sociales. «Un gobierno tiene una relación con los artistas de su parte para ganar puntos ante el pueblo. Pero nuestros artistas van ante la justicia».

 

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