La imposición por parte de los Estados Unidos de una nueva ronda de sanciones contra Irán es una especie de palanca para presionar a los iraníes a sucumbir a las demandas estadounidenses, dice un comentarista.
Los Estados Unidos se han dirigido a 700 personas, bancos, aviones, barcos y compañías vinculadas a las industrias de energía y finanzas de Irán. Las sanciones se produjeron seis meses después de que Washington desechara el acuerdo nuclear de Irán de 2015 a pesar de las objeciones internacionales.
La primera ronda se reimpuso en agosto y el asesor de seguridad nacional de Estados Unidos, John Bolton, dijo el martes que Washington «exprimirá» a los iraníes «muy fuerte».
Jason Unruhe, comentarista político, dijo el viernes que Estados Unidos está tratando de hacer que los iraníes se «doblen» a la voluntad de los funcionarios estadounidenses.
«Esencialmente, lo que Estados Unidos está tratando de hacer es retener alimentos y medicamentos de las personas y esto afecta particularmente a las personas vulnerables», dijo.
«Esto no es nada más que un acto de guerra y un crimen de lesa humanidad que Estados Unidos está llevando a cabo en este momento», agregó.
El analista dijo que «el objetivo de poner fin a la Revolución Islámica que puso fin al control imperialista sobre el país parece ser el objetivo directo e inmediato de los Estados Unidos en este caso».