Italia mantendrá su presupuesto pese a tener presiones.

El Gobierno italiano anunció que no modificará sus Presupuestos para 2019 e insistió en el aumento del déficit al 2,4 % del PIB. Sin embargo, en un intento por calmar a la Comisión Europea (CE) aceptó introducir garantías para no superar ese límite.

«No hay novedades legislativas, pero está el compromiso de contener el déficit en el 2,4 %», dijo el vicepresidente del Gobierno y ministro de Desarrollo, Luigi Di Maio, a su salida del Consejo de Ministros en el que se consensuó esta postura.

El ministro de Economía Giovanni Tria, un tecnócrata sin filiación política, es considerado moderado dentro del Gobierno de Roma. Algunos analistas creen que preferiría rebajar el déficit para relajar la tensión, pero que tiene las manos atadas por el Gobierno formado por la ultraderechista Liga y el M5S.

Estos defienden la subida del déficit para impulsar la economía del país, que se encuentra a la cola de crecimiento de la UE, y para cumplir sus promesas electorales sobre impuestos, pensiones y bienestar.

En la carta dirigida al vicepresidente de la CE, Valdis Dombrovskis y al comisario de Asuntos Económicos Pierre Moscovici, Tria insiste que tras estudiar «atentamente» sus recomendaciones, la posición del Gobierno «mantiene toda su validez».

«Es prioritaria la exigencia de relanzar las perspectivas de crecimiento, colmar la duradera diferencia entre el actual nivel del PIB y el registrado antes del inicio de la crisis económica, además de hacer frente a la ralentización del ciclo», sostiene Tria.

El Gobierno, así, insiste en que la tasa de crecimiento será del 1,5 %.

En la medianoche del martes venció el plazo dado por la Unión Europea a Italia para rever los planes que prevén un objetivo de déficit para 2019 más elevado de lo deseado por el bloque.

La Comisión Europea rechazó en octubre el presupuesto presentado por Italia y exigió una revisión. Si Bruselas vuelve a rechazar el plan de Roma, podría iniciar un procedimiento legal que en último término podría derivar en multas.

El problema estriba en el objetivo de déficit para 2019, que el nuevo Gobierno italiano fijó en un 2,4 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), por encima del 0,8 por ciento fijado por el anterior ejecutivo.

Aunque aún queda por debajo del límite del 3,0 por ciento que establece el Pacto de Estabilidad de la UE, el aumento del déficit se traduce en una mayor deuda pública, cuando la de Italia ya es con más del 130 por ciento del PIB una de las más altas del mundo y muy por encima del techo del 60 por ciento establecido en el Pacto de Estabilidad. Por esta razón, la Comisión Europea exige a Italia que reduzca su deuda año tras año.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé en un informe preliminar difundido hoy que Italia registrará en los tres próximos años déficits notablemente superiores a los establecidos como objetivo por el Gobierno en Roma.

El FMI augura que el déficit público italiano aumentará a alrededor de un 2,7 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) en 2019 y a entre un 2,8 y 2,9 por ciento en 2020 y 2021.

Por el contrario, el Gobierno italiano ha fijado como meta un déficit del 2,4 por ciento en 2019, un 2,1 por ciento en 2020 y un 1,8 por ciento en 2021.

 

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