Crímenes de odio de Estados Unidos aumentaron 17% en 2017.

Los delitos de odio en los Estados Unidos aumentaron en casi una quinta parte en 2017, según los datos publicados el martes por el FBI.

El aumento del 17% es el más grande desde los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, cuando los musulmanes, los árabes y aquellos que se consideraban musulmanes fueron atacados. Las últimas cifras son también el tercer aumento anual consecutivo en incidentes de sesgo racial.

Más de la mitad de los 7.175 delitos de odio denunciados al FBI por las agencias de aplicación de la ley en todo el país durante el año 2017 involucraron actos contra individuos como agresión o intimidación, mientras que 3.000 fueron ataques contra propiedades, incluido vandalismo o robo. En algunos casos hubo superposición en las dos categorías.

Casi dos tercios, el 59.6 %, de las víctimas en 2017 fueron atacados en función de su raza, etnia o ascendencia. Aproximadamente el 20% de las víctimas fueron atacadas por su religión, mientras que alrededor del 15% fueron víctimas por su orientación sexual.

Crímenes motivados contra las personas afroamericanas conformaron aproximadamente la mitad de todos los crímenes de odio basados en la raza, seguidos por el 17 % de los incidentes que fueron motivados contra las personas blancas y el 11% que fueron motivados contra los latinos.

En total, el año pasado se registró un aumento del 58.1% en los incidentes antisemitas y un aumento de 18.6 en los ataques islamófobos.

«Este informe es un llamado a la acción, y atenderemos esa llamada», señaló el Fiscal General Interino, Matthew Whitaker, en respuesta al informe.

«La principal prioridad del Departamento de Justicia es reducir los delitos violentos en Estados Unidos, y los delitos de odio son delitos violentos. También son violaciones despreciables de nuestros valores fundamentales como estadounidenses», agregó.

Participar en el programa de recopilación de datos del FBI no es obligatorio para los organismos encargados de hacer cumplir la ley, y las cifras deben considerarse como mínimos a nivel nacional, ya que algunas agencias deciden no informar sobre este tipo de incidentes a la oficina. El FBI no estima datos para jurisdicciones que no reportan sus datos.

 

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