La Open Society Foundations, organismo respaldado por el multimillonario George Soros, criticó este martes la división política en Estados Unidos, un día después de que se encontrara un aparente dispositivo explosivo en la casa del filántropo en los suburbios de Nueva York.
«La política de odio que domina nuestro discurso hoy en Estados Unidos y en tantos países de todo el mundo genera extremismo y violencia», señaló la fundación en un comunicado.
«En este clima de miedo, falsedades y aumento del autoritarismo, expresar opiniones puede atraer amenazas de muerte», agregó.
Soros, quien fuera gestor de fondos de cobertura y que amasó su fortuna a través de operaciones en los mercados de bonos y divisas, es partidario y patrocinador financiero de causas progresistas y políticos demócratas.
Su postura le ha valido ser objeto de críticas de la derecha en Estados Unidos, que lo acusa de llevar a cabo todo tipo de conspiraciones antiestadounidenses.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, incluso llegó a afirmar que Soros pagó a personas para que se manifestaran en contra de Brett Kavanaugh, su nominado a la Corte Suprema de Estados Unidos.
La Policía de Bedford, suburbio ubicado a unos 80 kilómetros al norte de la ciudad de Nueva York, en el condado de Westchester, confirmó que fueron llamados el lunes a una residencia a las 15:45 horas, tiempo local, sobre un paquete sospechoso encontrado en un buzón.
Un empleado abrió el paquete y encontró lo que parecía ser una bomba.
La policía explicó que el empleado colocó el objeto en un área boscosa antes de llamarlos. Minutos después, técnicos del escuadrón de bombas detonaron el dispositivo.
Soros no estaba en su casa en ese momento, según The New York Times.
Por ahora, la investigación quedó en manos del FBI. No fue posible contactarse con la autoridad.
Soros, un inmigrante nacido en Hungría, comenzó su carrera en la ciudad de Nueva York en la década de 1950 y alcanzó la fama como administrador de fondos de cobertura en 1992 al obtener mil millones de dólares luego de apostar que el Reino Unido se vería obligado a devaluar la libra.