Un atacante suicida se inmoló el sábado en la capital afgana, matando al menos a 15 personas, mientras que la votación concluyó en elecciones parlamentarias que fueron eclipsadas por la amenaza de ataques y serios problemas organizativos.
La votación debería haber concluido cuando el atacante golpeó en un área al norte de Kabul, pero los centros de votación se mantuvieron abiertos más de lo normal para hacer frente a un gran número de personas que no pudieron votar.
Diez civiles y cinco policías murieron cuando el atacante intentó ingresar a un centro de votación y más de 25 resultaron heridos, dijo un alto funcionario de seguridad.
El ataque parece haber sido el más grave de un día marcado por una serie de incidentes de menor escala que causaron decenas de víctimas en todo el país. No hubo ninguna atribución de responsabilidad inmediata. Los militantes talibanes han emitido una serie de declaraciones en las que les dicen a las personas que no participen en lo que consideran un proceso impuesto por el extranjero y advierten que los centros electorales pueden ser atacados.
Las preocupaciones sobre las elecciones más amplias se han centrado en problemas técnicos y organizativos con el equipo biométrico de registro de votantes, los centros de votación no se abren a tiempo, faltan materiales electorales y retrasos que obligan a largas esperas. La Comisión Electoral Independiente (IEC, por sus siglas en inglés), el organismo que supervisa la votación, dijo que las horas de votación se extenderían en algunos centros para atender la demanda y que algunos colegios electorales, que no se habían abierto en absoluto, abrirían el domingo.