Ucrania sigue la misma política contra su propia gente que le costó a Georgia perder el territorio después de la guerra del entonces líder Mikhail Saakashvili en Osetia, dijo el presidente ruso Vladimir Putin, advirtiendo a Kiev que no debe ir por el mismo camino.
«Las autoridades ucranianas no solo están llevando la situación a un punto muerto, sino que están siguiendo una política antinatal y antinacional», dijo el líder ruso al hablar en la sesión plenaria del Club Valdai en la ciudad sureña rusa de Sochi. Luego comparó las acciones de Kiev con la política de Saakashvili, cuyas fuerzas militares atacaron a la autoproclamada República de Osetia del Sur en 2008.
«Estas acciones criminales hicieron que Georgia perdiera el control sobre vastas partes de su territorio», dijo Putin, y agregó que fue el resultado de la política de Saakashvili. La ofensiva georgiana de 2008 impulsó a Rusia a lanzar una operación de «aplicación de la paz» contra Georgia. El conflicto terminó con Osetia del Sur y otra región georgiana –Abkhazia– declarando la independencia de Georgia, que de hecho perdió el control sobre ambos territorios.
Al igual que Saakashvili, el actual gobierno ucraniano aún se esfuerza por resolver el conflicto ucraniano en curso en lugar de cumplir los Acuerdos de Minsk, dijo Putin, y agregó que «está claro para todos» que Kiev «no cumple con los acuerdos y no tiene intención». para hacerlo «.
El líder ruso advirtió a las autoridades ucranianas contra «seguir los pasos de Saakashvili» y dijo que espera que no se produzca el mismo tipo de escenario. Putin agregó que «asesinar a … representantes de la gente» en las autoproclamadas repúblicas de Donbass es una «mala manera» de buscar la paz con estas regiones. Al parecer, se refería al reciente asesinato del jefe de la República Popular de Donetsk (DPR), Aleksandr Zakharchenko, que las autoridades locales atribuyeron al servicio de seguridad ucraniano, la SBU.
Rusia está muy interesada en restablecer las relaciones normales con Ucrania, subrayó Putin. Sin embargo, Kiev continúa «intercambiando solo rusofobia y sentimientos antirrusos», mientras que la economía ucraniana se desmorona, siendo constantemente «sacudida por crisis políticas internas», agregó.