Las investigaciones de la ‘coalición’ han descubierto “la existencia de ciertos errores involuntarios en varias de estas operaciones”, dijo el lunes Osaiker Alotaibi, un funcionario del Ministerio de Defensa de Arabia Saudí.
No obstante, la presidenta del Comité de los Derechos del Niño de las Naciones Unidas, Renate Winter, rechazó que los ataques saudíes en Yemen sean “accidentales” como afirma el reino. “Dice que es un accidente. ¿Cuántos de esos accidentes puede soportar la gente en el país?”, cuestionó.
Al respecto, Winter lamentó que escuelas y hospitales en Yemen sean objetos de los ataques saudíes de forma repetitiva y, en la misma línea, recordó que, en agosto, Riad y sus aliados bombardearon un autobús escolar, que acabó con la vida de al menos 40 niños en la ciudad de Dahiyan, sita en la provincia noroccidental yemení de Saada. Poco después del ataque, el embajador saudí ante las Naciones Unidas, Abdulá al-Mouallimi, defendió la matanza como parte de “una medida militar legítima”, pese a la oleada de críticas que ya existía contra su país.
Desde marzo de 2015, un grupo de países liderados por Arabia Saudí lleva a cabo una campaña militar contra Yemen, utilizando varios tipos de armas, incluso las prohibidas a nivel internacional, con el objetivo de restaurar en el poder al expresidente fugitivo yemení, Abdu Rabu Mansur Hadi, un aliado de Riad, y hacer frente al movimiento popular yemení Ansarolá.
El régimen de Riad y sus aliados son acusados sistemáticamente de golpear blancos civiles, como escuelas y hospitales, pero su comandancia en pocas ocasiones reconoce haberse equivocado en su campaña de ataques aéreos, que han dejado más 11 000 yemeníes muertos, según los datos publicados por el Ministerio de Salud yemení. Los expertos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) han acusado una y otra vez a Arabia Saudí y sus aliados de flagrantes violaciones de los derechos humanos y “crímenes de guerra” en Yemen y les han criticado por el bloqueo aéreo, marítimo y terrestre que han impuesto a este país.