Anteriormente, el asesor de seguridad nacional del presidente de Estados Unidos reprendió a la UE por sus intentos de «vincularse con los suministros de energía rusos» al apoyar el proyecto de gasoducto Nord Stream 2.
El consejero de Seguridad Nacional del presidente Donald Trump, John Bolton, no descartó que las compañías de energía de Estados Unidos puedan estar interesadas en la exploración y producción de gas natural en Ucrania, según el sitio web de noticias ucraniano Ukrinform.
También dijo que el desarrollo del sector energético de Ucrania permite a Kiev producir gas en volúmenes que son aproximadamente «suficientes» para satisfacer «su propia necesidad nacional de gas natural».
Tras hablar con el primer ministro ucraniano, Volodymyr Groysman, a principios de esta semana, Bolton criticó duramente a la UE por vincularse a los suministros de energía rusos y por apoyar el gasoducto Nord Stream 2.
«No es solo la importancia económica de ser muy dependiente de Rusia para el suministro de gas natural y petróleo, sino también su importancia estratégica», dijo.
Según Bolton, hay varias soluciones para que la UE y Ucrania reduzcan su dependencia del gas ruso, incluidas las compras de combustible de Israel o las importaciones de gas natural licuado (GNL) de los EE. UU.
Washington y Bruselas han expresado reiteradamente su preocupación de que después de que se ponga en funcionamiento el Nord Stream 2, Rusia abandone su uso del oleoducto en el que confió para enviar petróleo hacia el oeste a los países de la Unión Europea.
El presidente ruso, Vladimir Putin, por su parte, aseguró que Ucrania continuará desempeñando un papel en el tránsito de gas desde Rusia a Europa luego del lanzamiento del nuevo oleoducto.
Nord Stream 2 estipula la construcción de dos gasoductos que van desde la costa rusa al norte de San Petersburgo a través del Mar Báltico hasta un centro en el noreste de Alemania.
El proyecto es una empresa conjunta entre la rusa Gazprom y la compañía francesa Engie, la firma austriaca OMV AG, Royal Dutch Shell, así como dos empresas alemanas, Uniper y Wintershall.
Se espera que el oleoducto, que se pondrá en funcionamiento en 2019, entregue 55 mil millones de metros cúbicos de gas natural ruso por año a la Unión Europea enviándolo a Alemania a través del Mar Báltico.