Las tensiones entre los aliados de la OTAN han aumentado por la detención de un pastor estadounidense en Turquía, así como la entrega de aviones F-35 a Ankara, que ha estado en el limbo en medio de desacuerdos sobre el acuerdo sobre el suministro de sistemas S-400 rusos a el país.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, advirtió a Washington contra el uso de lenguaje amenazador hacia Ankara, enfatizando que no beneficiaría a nadie.
Durante el fin de semana, el Secretario de Estado Mike Pompeo y el Ministro de Asuntos Exteriores turco Mevlut Cavusoglu discutieron el caso del pastor Andrew Brunson, quien fue encarcelado en 2016 después de que Ankara lo acusara de tener vínculos con el movimiento del clérigo islámico Fethullah Gulen, que las autoridades consideran que es responsable de orquestar un golpe militar fallido el mismo año.