Padres inmigrantes fueron engañados por las autoridades estadounidenses al haber sido deportados sin sus hijos.

Decenas de padres de familias separadas migrantes “fueron coaccionados o mal informados” cuando firmaban formularios aceptando ser deportados sin haberse reunificado con sus hijos.

“Todos los padres no tenían idea de que habían firmado un documento por el cual renunciaban a cualquier derecho a reunirse con sus hijos”, señaló el medio británico al citar a la abogada Sofia Reive, quien representa a varios de los padres migrantes.

Un funcionario del Departamento de Seguridad Nacional de EE.UU. (DHS, por sus siglas en inglés) afirmó, bajo condición de anonimato, que en todos los centros de detención hay una notificación de derechos tanto en inglés como en español y los trabajadores de dichos centros deben facilitar el formulario a todos para que sea leído en el idioma que entiendan todos los inmigrantes para que posteriormente decidan si renuncian a la reunificación.

“Ellos me mostraron un formulario y me dijeron que tenía que firmarlo para poder reunirme con mi hijo”, denunció un solicitante de asilo hondureño en un testimonio presentado en el Tribunal de Distrito de Estados Unidos en San Diego.

a Unión Americana por las Libertades Civiles (ACLU, por su sigla en inglés) presentó el documento de abogados al juez del distrito sureño de California, Dana Sabraw, con el fin de cesar la deportación de los padres reunificados durante los siete días siguientes para informarlos sobre sus derechos.

Más de 450 padres inmigrantes separados de sus hijos cuando ingresaron sin papeles a Estados Unidos ya no se encuentran en el país, pero sí los menores, de acuerdo con un documento presentado el lunes.

El Gobierno federal y la ACLU confirmaron el lunes que más de de 450 padres inmigrantes, separados de sus hijos, ya no se encuentran en el país norteamericano.

La polémica política migratoria del presidente de EE.UU., la llamada “Tolerancia cero”, con la que se separa a los menores de sus padres, ha provocado el rechazo de distintos países y organismos internacionales e incluso la sociedad civil estadounidense, mientras que los propios niños afectados presentaron su denuncia ante dichas medidas “crueles”.

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