La decisión del Gobierno de Austria de cerrar varias mezquitas y expulsar del país a los imanes financiados desde el extranjero ha indignado al presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan. En un discurso que recoge el canal TRT Haber, pronosticó un conflicto entre cristianos y musulmanes y prometió una respuesta ante estos pasos de Viena.
«Temo que las medidas adoptadas por el canciller austríaco nos lleven nuevamente hacia una batalla entre los cruzados y la media luna«, estimó el primer ministro turco refiriéndose a los creyentes de ambas religiones. En su opinión, ante decisiones como las que ha tomado el canciller de Austria, Sebastian Kurz, el mundo occidental «debe poner en orden a este chico».
«Dicen que van a echar a nuestros clérigos fuera de Austria», adelantó Erdogan. «¿Piensa que fallamos en actuar ante lo que hace?», exclamó Erdogan, dirigiéndose al político austriaco, y agregó a continuación: «Eso significa que vamos a hacer algo«.
El canciller Kurz anunció este viernes su decisión sobre las mezquitas y su clero, alegando que el «islam político» desafía la libertad religiosa que profesa el pueblo de Austria. Habló también de unas «sociedades paralelas» que están fomentando la radicalización islámica.
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Dichos argumentos fueron mal vistos en Ankara. «La decisión de cerrar siete mezquitas y expulsar a imanes es un reflejo de la ola islamofóbica, racista y discriminatoria en el país», escribió el 8 de junio en Twitter el portavoz de la Presidencia turca, Ibrahim Kalin.