El vicepresidente de Estados Unidos Pence, insta a que se apliquen más sanciones a Venezuela en su reunión con figuras de la oposición

El vicepresidente de EE. UU., Mike Pence, ha pedido más sanciones a Venezuela.

El llamado fue hecho durante una reunión en Perú con figuras de la oposición venezolana respaldadas por Washington antes de una cumbre de líderes latinoamericanos.

Pence dijo que la delegación de Estados Unidos que lideraba la cumbre estaba «trayendo un mensaje de sanciones adicionales, aislamiento adicional y presión diplomática adicional, comenzando en nuestro hemisferio, pero en todo el mundo, a reconocer que Venezuela es una dictadura. »

«Estamos con el pueblo de Venezuela y seguiremos haciendo todo lo que esté a nuestro alcance para proporcionar sustento y apoyo a quienes huyeron», afirmó Pence, y agregó: «Estados Unidos y nuestros aliados, creo, están preparados para hacer mucho más. »

Los líderes de la oposición venezolana en la reunión de Lima pidieron más sanciones estadounidenses e «intervención» en el país centroamericano en un intento por derrocar al gobierno del presidente Nicolás Maduro.

Washington ya implementó sanciones contra Caracas y altos funcionarios del gobierno venezolano, así como otras medidas para debilitar aún más la turbulenta economía del país e impedir que el gobierno y su compañía petrolera estatal accedan al crédito internacional a través de los mercados o entidades estadounidenses.

El vicepresidente Pence asistió a la cumbre latinoamericana en lugar del presidente Donald Trump, quien se quedó en Washington para monitorear el ataque militar de Estados Unidos contra Siria.

Este folleto impreso por la Presidencia venezolana muestra al presidente Nicolás Maduro gesticulando durante una reunión en Caracas el 5 de abril de 2018. (Foto de AFP)
Pence también prometió que la administración de Trump mantendría «la presión económica y diplomática» sobre el gobierno del presidente Maduro, quien repetidamente ha criticado la intromisión de Washington. Maduro dice que Estados Unidos, en connivencia con los partidos de oposición de Venezuela, está conspirando para superar a su gobierno a través de presiones económicas y políticas.

Washington hasta ahora no llegó a imponer un embargo a las importaciones petroleras venezolanas, una medida que paralizaría a Caracas, pero también perjudicaría a las refinerías petroleras estadounidenses, que siguen dependiendo en gran medida del crudo pesado de Venezuela.

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