El fundador de WikiLeaks se ha visto privado de acceso a Internet poco después de responder a un insulto hecho por el ministro de la Oficina de Relaciones Exteriores británico, que exigió que el primero se entregue ante las autoridades del Reino Unido.
Hablando durante una sesión de preguntas y respuestas en la Cámara de los Comunes del Reino Unido, el ministro de Relaciones Exteriores para Europa y las Américas, Alan Duncan criticó a Julian Assange por tweets en los que el primero criticó el momento de las «expulsiones diplomáticas rusas».
Cuando se le pidió actuar contra Assange, quien ha permanecido en la embajada ecuatoriana en Gran Bretaña desde junio del 2012, Duncan dijo que ya es hora de entregarse a las autoridades británicas, según informes de prensa.
«Es de lamentar que Julian Assange permanezca en la embajada de Ecuador. Es de lamentar aún más que incluso anoche estuvo tuiteando contra el gobierno de Su Majestad por su conducta en respuesta al ataque en Salisbury. Ya es hora de que este pequeño y miserable gusano salga de la embajada y se entregue a la justicia británica», dijo.
En respuesta, Assange tuiteó que él realmente debe ser miserable debido a ser «un prisionero político, detenido sin cargos durante 8 años», y que es mejor ser un gusano, «una criatura saludable que fortalece el suelo», que una serpiente .
Poco después, sin embargo, el fundador de WikiLeaks tuvo sus comunicaciones externas desconectadas por el gobierno de Ecuador, que declaró que se hizo «debido a que Assange no cumplió con una promesa escrita que hizo con el gobierno a finales del 2017, por la cual estaba obligado a no enviar mensajes que entrañaran interferencia en las relaciones con otros Estados».
Assange ha residido en la Embajada de Ecuador en Londres desde el 2012 por temor a ser extraditado a Suecia para enfrentar acusaciones de abuso sexual. El 4 de diciembre del 2015, el Grupo de Trabajo de la ONU sobre Detenciones Arbitrarias (WGAD) dictaminó que la detención de Assange era arbitraria. El Reino Unido y Suecia se negaron a reconocer la legitimidad de la decisión y a poner fin al enjuiciamiento de Assange.