La respuesta occidental al ataque con veneno de Salisbury contra el ex oficial de inteligencia ruso Sergei Skripal es clara, pero no unánime. Austria, junto con algunos otros países europeos, se ha negado a expulsar a los diplomáticos rusos, aunque Viena expresó «una solidaridad incondicional con el Reino Unido».
El embajador británico en Austria expresó repetidamente una gestión a Viena debido a la negativa de la parte austriaca a expulsar a los diplomáticos rusos en relación con el envenenamiento Skripal, informó el periódico Die Presse, citando a la ministra de Relaciones Exteriores austriaca, Karin Kneissl.
El ministro confirmó que el embajador británico por primera vez expresó un compromiso antes de la cumbre de la UE el miércoles «para obligarnos a tomar medidas concretas», y luego el sábado reiteró su llamado.
Según el ministro, la decisión de Viena de no expulsar diplomáticos no se debe a temores sobre posibles contramedidas rusas.
«Esto nunca ha sido objeto de nuestra atención en el proceso de toma de decisiones en el Ministerio de Asuntos Exteriores y en la coordinación de acciones con el Canciller Federal», subrayó Kneissl.
Según el ministro, la decisión de Austria demostró una posición de principio del país, que muy rara vez usa la herramienta de la expulsión diplomática y continuará cumpliendo con esta tradición.
«En un momento tan crítico, los canales deberían mantenerse abiertos», dijo Kneissl, citando el ejemplo de la ruptura de las relaciones entre Estados Unidos e Irán en 1980, que demostró que ambos países sufrieron esta decisión.
El 23 de marzo, el canciller austríaco Sebastian Kurz declaró que Viena no expulsaría a los diplomáticos rusos por el caso Skripal, porque Austria quiere preservar los canales de diálogo con Rusia.
Después de la expulsión masiva de diplomáticos rusos por los países de Europa, Estados Unidos, Canadá y Australia, Kurz reiteró su postura, mientras que el ministro de Asuntos Exteriores austríaco declaró que el Reino Unido y la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ) aún no habían proporcionado evidencia sustancial de la participación de Rusia en el envenenamiento de Skripals y, por lo tanto, Austria se adhirió a la negativa a expulsar a los diplomáticos rusos.
Sergei Skripal, un ex coronel de GRU que también trabajó para la inteligencia del Reino Unido, y su hija Yulia han estado en el hospital en estado crítico desde el 4 de marzo. Londres cree que los Skripals estuvieron expuestos a un agente nervioso A-234. La primera ministra del Reino Unido, Theresa May, acusó a Rusia de orquestar el ataque y expulsó a 23 diplomáticos rusos, mientras que la Unión Europea expresó su solidaridad con Londres. Más de 25 países, incluidos los Estados Unidos y los Estados miembros de la UE, han expulsado a más de 150 diplomáticos rusos en relación con el incidente de Salisbury hasta el momento.
Rusia, a su vez, ha rechazado fuertemente las acusaciones y ofrecido asistencia en la investigación. Sin embargo, la solicitud de Moscú de muestras de la sustancia química utilizada para envenenar a Skripal ha sido rechazada. En respuesta, Moscú expulsó a los diplomáticos del Reino Unido y ordenó al British Council que cese sus actividades en Rusia.