El Centro de Información de Lugansk ha podido conversar con el conocido bloguero y analista del Centro CIGR de análisis militar Boris Rozhin, Colonel Cassad, sobre por qué Estados Unidos intenta impedir que los representantes de las Repúblicas Populares de Donbass puedan participar en las negociaciones sobre el mandato de la misión de paz de Naciones Unidas y sobre los objetivos geopolíticos que Estados Unidos sigue teniendo en Ucrania. Hace unos días, el enviado especial del Departamento de Estado de Estados Unidos, Kurt Volker, afirmó que la RPD y la RPL no deben participar en el proceso de negociación sobre la misión de paz de la ONU en Donbass.
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Según las declaraciones de Volker, Estados Unidos intenta excluir a los representantes de la RPD y la RPL de las negociaciones en las que se determina su propio destino. Así que apoya la postura de Kiev, que se niega a negociar directamente con Donetsk y Lugansk. Aquí vemos que el enviado especial de Estados Unidos se alinea con la línea más destructiva de Poroshenko, que acaba con cualquier posibilidad de una solución negociada al conflicto, ya sea mediante las conversaciones de Minsk o a través de la idea del envío de una misión de paz.
Volker es perfectamente consciente tanto de la postura del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia -que insiste en que Kiev debe negociar directamente con Donetsk y Lugansk- como de la posible reacción de Moscú a la propuesta de eliminar de la negociación a la RPD y la RPL. Sin embargo, ha planteado abiertamente ideas nocivas que son una prueba de que Estados Unidos no está interesado en la paz en Donbass y que sigue intentando solucionar los problemas a base de eliminar la influencia rusa de Ucrania.
Su argumentación se basa en el deseo de Estados Unidos de convencer a Rusia para que haga concesiones en Donbass y conseguir así que la RPD y la RPL regresen a la Ucrania banderista, con la consiguiente de-rusificación completa y persecución de todos los que en 2014 se opusieron al golpe de Estado y tomaron las armas. Así que, al hablar de la necesidad de entregar las fronteras a Ucrania y de la expulsión de Rusia de Donbass, Volker conscientemente ignora el fracaso de Ucrania en el cumplimiento de sus obligaciones militares y de los puntos políticos de los acuerdos de Minsk.
Como es natural, Rusia no puede aceptar concesiones sustanciales a las peticiones/exigencias de Volker, ya que no hay motivo para ello. Es más sencillo seguir manteniendo la situación en el actual nivel de enfrentamientos a la espera de oportunidades para el compromiso diplomático, no necesariamente ligadas a la misión de Volker, que, francamente, no es la persona que va a conseguir parar la guerra. Estados Unidos, por su parte, utilizará la “intransigencia” rusa como prueba de que la guerra en Ucrania es su culpa y aparecerán los consiguientes comunicados anti-rusos en el campo de la información y la diplomacia.
El escenario más probable es que el asunto de la misión de paz no se solucionará a corto plazo y quedará en el aire ya que, como los acuerdos de Minsk y el formato de Normandía, las diferentes partes involucradas entienden de forma opuesta la idea de los cascos azules. Así que, en este contexto, el tema continuará con los contactos y los acuerdos para “seguir negociando”. Así que es probable que la situación continúe estable, al menos hasta las elecciones presidenciales en Rusia, a no ser que Kiev quiera condicionar las elecciones con el derramamiento de sangre en el frente, lo que podría afectar las negociaciones diplomáticas.