Los favorables organizaron concentraciones para manifestar su anuencia e incluso detuvieron por varias horas el tráfico en la conocida Plaza Sassine, una de las más concurridas en esta capital.
Mientras, los contrarios se plantaron frente al Ministerio de Justicia para dejar constancia de su rechazo.
La figura de Bachir Gemayel, muerto hace 35 años en un atentado con bomba, genera dicotomía dentro de los libaneses por los acontecimientos que lo acompañaron en su ascensión a la primera magistratura.
Según las constancias históricas, fue electo por un parlamento bajo ocupación israelí el 23 de agosto de 1982 y nueve días después de esa designación, murió él, varios de sus acompañantes y hasta transeúntes como resultado de la detonación de un potente artefacto explosivo en la barriada capitalina de Ashrafieh.
‘Finalmente, el veredicto fue emitido en nombre del pueblo libanés después de 35 años de trabajar para la justicia por Bachir y sus amigos’, declaró Solange Gemayel, viuda del malogrado presidente.
El jefe del Consejo Judicial, el juez Jean Fahed, anunció el veredicto en el Palacio de Justicia de Beirut que pide la pena de muerte para Nabil Alam y Habib Chartouni.
La audiencia estalló en aplausos.
Fahed habló de las pruebas para demostrar que los sospechosos, juzgados en ausencia, llevaron a cabo una acción terrorista que retrasó la estabilidad política del país.
A Chartouni y a Alam, el tribunal los despojó de sus derechos civiles, al tiempo que recomendó el pago de indemnizaciones para las familias de los fallecidos.
Representantes de los partidos Kataeb y Fuerzas Libanesas, así como de la familia de Gemayel asistieron a la audiencia en el Palacio de Justicia de Beirut.
Casi al unísono, integrantes del Partido Nacional Socialista sirio, de El Líbano, estaban concentrados frente al Palacio de Justicia y gritaban consignas para calificar de ejecución el asesinato de Gemayel; un deber nacional, no un crimen, exclamaron.
Uno de los manifestantes dijo: ‘Si se viera a mi padre entrar a un tanque israelí, lo mataría. Hoy, todos somos Habib Chartouni’.
Hasta noviembre de 2016, los sucesos sangrientos acontecidos el 1 de septiembre de 1982 no estuvieron en la palestra judicial.
Chartouni, de quien se cree reside en Siria, fue procesado en ausencia y el juez Fahed, al abrir la causa el año pasado, dio al acusado 24 horas para entregarse a la justicia.
El presunto ejecutor del atentado nunca fue sometido a juicio, aunque guardó prisión. Escapó de la cárcel en 1990.
Bachir Gemayel era miembro del partido Kataeb y comandante de Fuerzas Libanesas durante la Guerra Civil que padeció este país de 1975 a 1990.
Antes de su elección, recibía críticas por su acercamiento al ocupante israelí y lo acusaban de ser contrario a los palestinos.