El número de víctimas mortales causado por atentado con camiones bomba perpetrado el pasado sábado en Mogadiscio asciende a 276, informó hoy el Ministerio de Información del Gobierno somalí.
Los centros hospitalarios se encuentran desbordados, mientras los servicios del emergencias, apoyados por el Ejército, continúan la búsqueda de víctimas entre los escombros de viviendas derruidas por las fuertes explosiones.
Según los medios locales, la gran mayoría de los fallecidos eran civiles, principalmente vendedores ambulantes que comerciaban en una de las calles más transitadas de la ciudad, aunque el portal Radio Garowe asegura que un alto funcionario del Ministro de Comercio se también encuentra entre las víctimas mortales.
El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), por su parte, ha confirmado en un comunicado que cuatro de sus cooperantes locales fallecieron en el atentado, un balance que podría aumentar ya que hay varios miembros de la organización desaparecidos.
El presidente de Somalia, Mohamed Abdullahi Farmajo, ha decretado tres días de luto y ha hecho un llamamiento urgente a la población para que done sangre a los hospitales, que están desbordados tratando de salvar la vida a los heridos.
«Todavía hay una operación de ayuda nacional en curso», señaló el Ministerio en un comunicado, en el que advierte que el número de fallecidos podría aumentar en las próximas horas.
«Casi todas las víctimas heridas tienen serias heridas, el horror es indescriptible», narra una enfermera del Hospital Medina en la emisora Shabelle.
La primera explosión se produjo junto al hotel Safari, situado en la conocida como intersección K5, una de las zonas más populares de la capital y sede de oficinas gubernamentales, hoteles y restaurantes. El segundo ataque, con idéntico ‘modus operandi’, se llevó al cabo al lado de un concurrido mercado situado junto a la antigua sede de la aerolínea nacional Somalia Airlines en el distrito de Wadajir.
La organización terrorista Al Shabab, principal sospechoso del ataque
Según analistas locales, los problemas internos del Gobierno y sus distanciamiento con la cúpula del Ejército han permitido a Al Shabab recuperar su capacidad de atentar a gran escala.
La organización terrorista, que se afilió en 2012 a la red internacional de Al Qaeda, controla parte del territorio en el centro y el sur del país y aspira a instaurar un Estado islámico de corte wahabí en Somalia. Por ahora, aunque los medios locales y analistas den por hecho que Al Shabab está detrás del atentado, el grupo yihadista aún no ha reclamado su autoría.
Los expertos aseguran que los terroristas de Al Shabab planearon este atentado debido a la debilidad de un Ejecutivo dividido por los conflictos internos que no consigue establecer una relación cercana con los jefes del Ejército, razón por la que el ministro de Defensa, Abirashiid Abdullahi Mohamed, dimitió el pasado jueves.