Tras las negociaciones pertinentes, la urbe de más de 800 mil habitantes y albergue de miles de desplazados de otras regiones, trabaja ahora por recuperar el esplendor que la caracterizó como la ciudad más moderna y de mayor crecimiento habitacional de Siria.
En algo más de año y medio, Prensa Latina recorrió tres veces la región y en cada ocasión, cronológicamente, pudo apreciar los increíbles avances rehabilitadores y el afán de sus pobladores por rescatar todo lo que trataron de arrebarles.
Hamidiye, el barrio más arrasado por los enfrentamientos, tiene planes a largo plazo y en principio es sitio para el procesamientos de miles de toneladas de escombros para su aprovechamiento en otros sitios.
El resto de las áreas, en particular los antiguos y venerados zocos- mercados y tiendas- están recuperándose a una asombrosa velocidad y los vestigios de incendios, destrucciones totales y desidia de los extremistas, son actualmente un triste recuerdo.
El ingeniero Bahaa Khozam, responsable del proyecto rehabilitador, explicó a Prensa Latina que todo el proceso está al 90 por ciento de ejecución con la activa participación de especialistas y trabajadores sirios y la colaboración del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (UNDP).
Por lo pronto, más de 10 instalaciones comercian sus productos, entre ellas la chocolatería del veterano productor Talhat Salkene, cuya oferta principal el Seline (paz), es un exquisito resultado del procesamiento del cacao y una antigua tradición en Homs entre más de 50 variedades.
Homs renace y la seguridad y estabilidad lograda luego de años de duros y dramáticos enfrentamientos, permitieron además, la creación de la más efectiva zona de distensión en Siria aún cuando a unos pocos kilómetros al norte de la ciudad, están todavía elementos de grupos terroristas.
Prensa Latina comprobó esa situación, cuando junto a las autoridades de la ciudad, recorrió los puestos habilitados al efecto y donde están presentes efectivos de la Policía Militar de Rusia, del Ejército sirio y representantes de los propios extremistas.
La paz parace concretarse, las personas entran y salen sin dificultad y una larga fila de ómnibus esperan permanentemente a quienes diariamente, deciden acogerse a la reconciliación y volver, de una u otra forma, al camino de la paz.