En las últimas horas Barack Obama y su gobierno han transferido 221 millones de dólares a la Autonomía Palestina. Deseando «hacer la zancadilla” a su sucesor, en realidad causó efectos graves país. Resulta que los años de la política estratégica de la superpotencia mundial puede ¨”descarrilar¨” la s decisiones voluntarias de una o varias personas.
La Agencia Associated Press ha notificado que literalmente en las últimas horas la administración presidencial-demócrata del gobierno de Barack Obama transfirió 221 millones de dólares a la Autonomía Palestina.
Añade emociones a lo ocurrido, el hecho que una decisión como tal,necesita la aprobación del Congreso, pero la mayoría republicana se opuso fuertemente en contra de la asignación de dinero a los palestinos. Como resultado, para implementar el plan y para cumplir con los trámites, la administración de Obama decidió envia runa notificación escrita a los congresistas el pasado viernes unas horas antes del final de su mandato.Esto sucedió el 20 de enero, el día de la toma de posesión del presidente electo Donald Trump.
La transferencia de los 221 millones de dólares a Palestina fue un segundo paso demonstrativo y rigido antiisraeli de la administracion de Obama durante últimas semanas. Anteriormente, grande resonancia y una reaccion extremamente aguda de Israel provocó el hecho que EE.UU por primera vez no vetaron una resolución anti-israelí de la ONU.
Obama demostrando así los duros pasos anti- israelíes por parte de UU.EE. Las relaciones complejas con la administración de Obama y el Estado Israelí nunca fueron un secreto. El 44º presidente deUU.EE. no solo se acusaba a dar preferencia a la parte palestina en el conflicto palestino-israelí, sino también en el antisemitismo e incluso en la religión oculta musulmana.
Tel Aviv de todos modos no lo dejó sin respuesta y empezó a demostrar su negatividad en una actitud abiertamente negativa hacia Obama. Uno de estos, por ejemplo fue el rechazo de una manera muy ofensiva, por parte del primer ministro Israelí, Benjamín Netanyahu del encuentro con Obama hace un año.
Pero ningúnos pasos no amistosos de Israel,ni por parte de la administración de Obama durante los anteriores 8 años, no se pueden compararse con aquellas acciones flagrantes de las últimas semanas de su mandato, que estan en un principal desacuerdo con la política estadounidense de muchos años en la región.
Las acciones del presidente estadounidense anterior pretendían demostrar su deseo de herir y dejar«minas cargadas» para Donald Trump. Con grande probabilidad esto realmente es cierto. Sin embargo el deseo de complicar la vida y el trabajo a sucesor, Obama en realidad causó un daño, y muy serio, a su país.
No se trata de que las decisiones anteriores causarán un efecto irreversible a las relaciones de Estados Unidos e Israel. Por supuesto, esto no es así.
Donald Trump es conocido por su posicion rígida y bastante radical pro-israelí. No hay duda de que bajo su dirección Estados Unidos volverá rápidamente al canal tradicional de apoyo a Israel, que es su principal aliado y socio en el Oriente Medio. El hecho de discutir un posible traslado de la embajada de Estados Unidos en Jerusalén, tal como fue prometido durante su campaña electoral de Trump,dice mucho.
El problema es otro. Los últimos pasos de la presidencia de Obama demostraron, para todo el mundo, que Estados Unidos puede por una decision completamente voluntaria de algunas personas al poder, cambiar sus propias estrategias, las cuales se sostenían por muchos años. En tales circunstancias, la política internacional adquiere cualitativamente nuevas características. Si hablamos de una superpotencia global, esto sólo podría ser peligroso.
Tal posicion se ve sobre todo «débil» en comparación con Rusia, que al mismo tiempo demuestra la maniobra más hábil en la compleja realidad del Oriente Medio.
Como sabemos, desde la Guerra Fría esta heredad una configuración»Estados Unidos, para Israel, Unión Soviética, Rusia, para los árabes » y Rusia todavía se adhiere a los puntos claves de su posición sobre la cuestión palestino-israelí,ya desde muchos años. En particular, esto incluye la votación consistente contra las resoluciones «anti-israelís» en el Consejo de Seguridad de la ONU.
Sin embargo, esto no impidió a Rusia de mejorar sus relaciones con Israel en los últimos años, incluso en un área tan difícil como el campo militar. Las cosas han llegado a tal punto, que circulan con regularidad las opiniones, que Israel evalúa gradualmente a Rusia como su principal aliado geopolítico en la región, porque contar de apoyo de los Estados Unidos, ya no pueden. Y esto no se ha requerido de Rusia un rechazo de su tradicional posición «pro-palestina» y pérdida de posiciones en el mundo árabe.
Como resultado de las acciones recientes de Obama, Donald Trump se verá obligado no solo suavizar las relaciones entre EEUU e Israel,sino tratar de compensar el choque, asestado a la opinion pública mundial, consciente que la principal superpotencia mundial puede descarrillar su propia política realizada durante los años para satisfacer los deseos de pequeños grupos de élite, o una persona, y de que el sistema político de esta superpotencia no tiene mecanismos para detener tal desarrollo de los eventos.