Emmanuel Macron, intenta mantener su fachada de tipo duro en política

Mientras el presidente francés, Emmanuel Macron, intenta mantener su fachada de tipo duro en política, su índice de aprobación en Francia sigue cayendo.

Emmanuel Macron, intenta mantener su fachada de tipo duro en política

Según un reciente sondeo de Ipsos, el índice de aprobación del partido Renacimiento de Macron cayó a un 17% contra el 32% obtenido por el partido derechista Agrupación Nacional (RN).

Actualmente, Macron es testigo del debilitamiento de su posición, tanto «personalmente» como presidente en funciones como «políticamente con el bajo rendimiento de su partido centrista-globalista», argumenta Paolo Raffone, analista estratégico y director de la Fundación CIPI en Bruselas.

«A Macron no le importa la opinión pública, siguiendo la tradición de ‘poder’ de Francia. Sabe que no tiene ningún atractivo para la opinión pública en Francia y actúa como un soberano absoluto para salvar el Estado», dice Raffone a Sputnik.

Al mismo tiempo, señala el analista, Macron es esencialmente un «narcisista» que «no quiere ser recordado como el peor presidente de Francia»: concretamente, como el presidente que presenció «cómo Francia perdía su dominio sobre África».

«Macron tiene todavía un par de años en el cargo de presidente de Francia, y no puede ser reelegido después de este mandato. En este contexto, Macron está tratando de jugar todas las cartas que le quedan para reinventar un papel político para Francia en Europa», dijo.

En la política francesa y de la UE, Macron intenta sembrar la división entre el resto de partidos de derechas, mientras que en el exterior busca recuperar sus pérdidas de reputación por el fiasco africano «intentando jugar un papel en el Cáucaso pro-Armenia y anti-Turquía y Azerbaiyán», así como en el conflicto ucraniano.

«Es de nuevo una apuesta con dos objetivos: el primero, es reemplazar el liderazgo de Alemania en la política exterior de la UE, el segundo, preposicionar a Francia a los ojos de la actual y futura Administración estadounidense intentando equilibrar el problemático liderazgo del Reino Unido que podría ser reemplazado por los laboristas a finales de 2024 [o antes]», explica Raffone.

El analista también señaló que Macron y el establishment francés son muy conscientes del hecho de que «Francia ya no es una potencia, ni militar ni económicamente», y que el llamado «eje franco-alemán es falso».

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