Las tropas ucranianas que se retiraron de la localidad de Novomijáilovka, al suroeste de Donetsk, abandonaron no solo a sus heridos, sino que también dejaron muestras de armamento occidental, informa el Ministerio de Defensa ruso. Esta declaración también se ve confirmada por las palabras de los combatientes rusos que participaron en la batalla.
«En Novomijáilovka capturamos trofeos: sistemas de misiles antitanques Javelin [de fabricación estadounidense], una ametralladora estadounidense de calibre 7,62, un lanzagranadas Carl Gustaf sueco diseñado para destruir medios antitanques, blindados ligeros e infantería. Lanzagranadas desechables»,
comentó a medios rusos el comandante de una compañía de la 155.ª Brigada de Marines con el indicativo Artist, que participó en la liberación de la localidad.
Además, en sus palabras, entre los trofeos había granadas de mano de fósforo blanco.
«La temperatura de combustión es de 2.400 grados y arden durante 45 segundos. Se trata de una munición prohibida», añadió.
Según el militar ruso, durante su retirada, las FFAA de Ucrania hicieron volar todos los edificios y minaron las carreteras. Al mismo tiempo, los combatientes ucranianos dejaron a sus heridos en el campo de batalla.
Las FFAA de Ucrania convirtieron esta localidad, liberada el 22 de abril, en una auténtica fortificación: en una auténtica fortificación: durante años estuvieron cavando trincheras y construyendo bastiones de hormigón.
De acuerdo con la Defensa rusa, las edificaciones residenciales e instalaciones sociales fueron transformadas en posiciones de tiro. El Ejército ucraniano incluso colocó cañones pesados en la iglesia local, en cuyo sótano fue habilitado un refugio para el personal, precisa el organismo.